¡Nuestra Lucha Apenes
ha Comensado!

El Jurado dictaminó ya y se ha retirado, después de escuchar, durante 13 semanas, confusas declaraciones, una acusación fantástica y contradicciones de parte de la defensa, resultando al fin que 12 jovenes mexico-americanos fueron declarados culpables de homicidio, 5 de cargos de asalto, y 5 puestas en libertad.

Pero el caso no ha terminado todavia. El Comité de la Defensa sigue lunchando. No ha habido justicia en la Corte del señor Juez Charles Fricke. Unicamente se han satisfecho las pretensiones de los Agentes del Ministerio Público. Durante el juicio, dentro y fuera de la Corte, han predominado muchos prejuicios y no se ha presentado ninguna evidencia auténtica que establezca la culpabilidad de estos jóvenes.

Las convicciones se basaron sobre evidencias circunstanciales, basadas éstas a su vez en rumores, y la mayor parte de ellas fueron confesiones extraídas por los medios de violencia y terror infundido por la Policia de Los Angeles y los Oficiales del Sherifato, como lo comprueban los actos de brutalidad que actualmente se investigan.

No hubieron evidencias convincentes que relacionaran a los acusados con la muerte de José Diaz, ni con ataques de felonía y asalto.

Al contrario, la evidencia presentada por los Agentes del Ministerio Público, sin relación alguna con los alegatos de la defense, prueba claramente la inocencia de los 22 muchachos acusados de homicidio y asalto.

SE PIDE JUSTICIA

He aquí algunos de los hechos revelados como evidencia:

Que la alegada muerte de Díaz aconteció en una noche de fiesta, locura y borrachera en el Rancho Williams, a la que asistieron los testigos acusadores.

Que mucho antes de aparecer los 22 acusados en la escena, la riña se habiía desarrollado entre los concurrentes, y ésta terminó en un pleito muy serio.

Que fué probablemente durante esta disputa cuando José Díaz recibió los golpes y cayó en el camino golpeado y borracho, y que poco tiempo después fué atropellado por un automóvil que le causó la muerte por la fractura del cráneo.

Que cuando los 22 muchachos llegaron, fueron atacados por las personas del rancho, y, en la confusión de la pelea previamente iniciada y ya avanzada, la jente viviende en el rancho, sin esperar ninguna explicación, se lanzó con una navaja o cuchillo en mano contra los recién llegados, párticipando así en el combate que hubo.

Que las evasivas de los testigos podrían señalar su propia responsabilidad en la muerte de Díaz, en vista de su deseo de implicar a otros más en el crímen.

Estos hechos importantes comprueban claramente la inocencia de los 22 acusados, quienes se vieron así envueltos en una culpabilidad calumniosa, permitiendo que el jurado, perplejo y erroneamente encaminado, diera su veredicto injusto y cruel;

Y se hizo fijar en la mente de los doce miembros del jurado una impresión imaginaria de "pandillas," "pistolas," y "zoot-suit rufianes," a pesar de la absoluta falta de pruebas que establecieran el hecho de que esos 22 muchachos hubieran participado en actividades de motín o conspiración criminal.

Estas impresiones, instigadas por los expertos prosecutores, fueron creadas indudablemente antes de que el juicio comenzara. La prensa de Los Angeles anticipadamente vino construyendo una "ola de crimenes" en derredor de la juventud mexico-americana, una fábula fabricada para beneficio de los publicistas y negada por todos los estatutos oficiales.

Más aún, estas impresiones se relacionaron con una antigua campaña de persecución y fanatismo contra el pueblo entero, los mexico-americanos de California, medio millón de ciudadanos decentes que por much tiempo han sido clasificados como "una segunda clase" por los logreros y un público indolente.

Además, la situación empeoró recientemente, debido a las maniobras de los quinta-columnistas y los sinarquistas, ansiosos, de destruir la unidad del pueblo, a fin de estorbar los propósitos de unificación para ganar la guerra.

No cabe ni la menor duda, entonces, de que estos doce hombres y mujeres que formaron el jurado estuvieron poseídos por la idea de que la palabra "mexicano" es sinónima de criminal; y fué muy fácil convencer a estos miembros del jurado de que la evidencia introducida probaba un ejemplo más de ello.

El efecto de estas convicciones, unido al efecto de una prolongada serie de arrestos en masa, persecuciones y brutalidades de la policiía contra el pueblo mexico-americano, puede tener muy serias consecuencias. La unificación completa, tan necesaria para la producción de guerra y para la campaña militar, es vulnerable, como el talón de Aguiles, y expuesta a todas las insinuaciones del Eje. Y, puesto que los mexicanos en los Estados Unidos forman un grupo con el cual se puede poner a prueba la sinceridad de la actitud americana hacia los latino americanos, la solidaridad hemisférica está expuesta a un gran peligro.

El Gobierno Federal, por conducto de la Comisión de Guerra y la Oficina del Coordinador de Asuntos Inter-Americanos, ha expresado con frecuencia su preocupación por la deplorable situación que este asunto presenta.

Es necesario que los ciudadanos de Los Angeles eviten que algunos períodicos y la brutalidad de la policiía, juntamente con los elementos activos de la Quinta Columna, destruyan la buena armonía que entre los pueblos y naciones ha sido inteligentemente tejida en el curso de la guerra democrática.

El principal objeto de este programa es continuar la defensa de los 17 jóvenes mexico-americanos recién condenados, obteniendo toda la ayuda posible para preparar la apelación contra los puntos sostenidos por la defensa.

El Comité intenta buscar el apoyo de todas las organizaciones: uniones, iglesias, clubs y todos los ciudadanos bien intencionados, para limpiar el ambiente de Los Angeles del prejudicio y la discriminación.